jueves, 20 de agosto de 2009

Continúa la resistencia en Honduras

El martes 11 de agosto concluyeron en Tegucigalpa y San Pedro Sula las marchas nacionales contra el Golpe de Estado, al tiempo que Vía Campesina organizó en todo el mundo una jornada por Honduras.

Después de un mes y medio del golpe de Estado perpetrado por la oligarquía local y el imperio, el pueblo hondureño sigue dando una lección de dignidad al mundo, no dejando decaer la lucha de resistencia a pesar del terrorismo de Estado desplegado por el dictador civil Roberto Micheletti y un ejército asesino.

A más de un mes de aquel fatídico 28 de junio en el que toda América Latina retrocedió 30 años, la situación cambia día a día y hora a hora.
Cada vez más aislado política y financieramente del mundo, el gobierno de facto pareciera tener las horas contadas. Un indicio de esto es el estudio en comisión del Congreso de una amnistía para el presidente constitucional, acusado de varios delitos, entre ellos de violar la Constitución al haber llamado a una consulta popular por “la cuarta urna”. La cuarta urna se refiere a que en las elecciones programadas para el próximo 29 de noviembre, además de que el pueblo elija presidente, diputados y alcaldes, expresara si está o no de acuerdo con una convocatoria a una Asamblea Constituyente para el año que viene. En cualquier caso, esa constituyente se haría con otro presidente en ejercicio, así es que cualquier modificación al impedimento de reelección, beneficiaría a un próximo presidente y nunca a Zelaya, como han querido hacer creer los golpistas y la prensa comercial.

“El estudio de una eventual amnistía para Zelaya es también un paraguas que están abriendo los diputados para estar cubiertos ellos mismos con esa amnistía en caso de que el presidente legítimo vuelva a ocupar su lugar”, dice César Silva, un periodista que trabajaba en el canal estatal y que está siendo perseguido por este régimen.

Actualmente hay sólo una radio (Globo), un canal de televisión (36) y un periódico (El Libertador) que siguen informando ecuánimemente y verazmente, y son perseguidos permanentemente. Incluso han sido ocupados en más de una oportunidad por la Policía y el Ejército. Una de esas veces en que los soldados entraron a las patadas a Radio Globo, el director David Romero se tiró por la ventana desde un tercer piso, fracturándose la clavícula y una costilla. “Es que ya estuve preso y fui torturado en los años ’80, con el terrorismo de Estado de aquellos años, sé lo que es eso y no estoy dispuesto a que me vuelva a pasar”, contó Romero.

Represión indiscriminada

Pedro Muñoz había encendido una fogata el viernes 24 de julio a la noche frente al retén de El Paraíso, y empezó a echarles el humo a los policías y militares apostados allí y armados hasta los dientes. Los militares lo detuvieron, cerca de las siete de la tarde, cuando comenzaba a anochecer en esa población a 20 kilómetros de la frontera propiamente dicha.

No se supo más de él, hasta que a la mañana siguiente fue encontrado su cuerpo con 36 puñaladas en la espalda y signos de haber sido torturado. Tenía sus documentos y pertenencias consigo por lo que se descarta totalmente un robo y el Ejército admitió haberlo mantenido prisionero hasta las siete de la mañana, pero los forenses dijeron que su muerte se habría producido cerca de las tres de la mañana. Era albañil, vivía en un barrio pobre de la ciudad de Tegucigalpa, y había llegado en moto a esa población de frontera para intentar cruzar a Nicaragua como tantos otros, para acompañar al presidente de regreso a Honduras.

Este cronista vio el cuerpo de Muñoz, con las muñecas moradas y los dedos quebrados, clásicos métodos de tortura de los esbirros de la dictadura. El lunes 27 de julio, en el cementerio de Tegucigalpa, unas dos mil personas daban el último adiós conmovido y conmovedor al joven mártir. Cuando de repente, desde arriba de una colina se escuchó: “¡Aleeeertaaa!”. Habían descubierto a dos infiltrados del gobierno golpista entre la multitud. La gente los desarmó primero y luego estuvo a punto de lincharlos, si no hubiera sido por la intervención oportuna de Rafael Alegría, líder de Vía Campesina y del Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado.


La represión con balas de plomo y los gases lacrimógenos
Esta fue una constante en las zonas más pobres y sobre todo cerca de la frontera. “Te das cuenta que son balas de verdad porque tienen un zumbido, las balas de salva suenan seco”, dijo Vitalino Álvares, un campesino de la zona norte del país, cerca de San Pedro Sula que llegó caminando hasta la frontera y luego, para evitar a los policías y militares, también la cruzó caminando. Con él como guía, este cronista se metió en la selvática montaña a buscar otros grupos de campesinos perdidos.

El piso es arcilloso y cubierto en gran parte por hojas y gramilla, con una tupida vegetación que en muchos lugares dificulta el paso. Pero lo que más dificulta el paso es la falta de luna, que hace que la noche sea cerrada. Y no se puede abusar de las linternas porque sería peligroso ante la cercanía de la línea fronteriza y la posibilidad de que haya militares hondureños por la zona.

Después de una hora de dificultosa caminata encontramos a un grupo “enmontañado” y la alegría contenida se refleja en comentarios en voz baja: “Bienvenidos, compañeros, están en el territorio libre de Nicaragua, ya no se preocupen”. Se suceden los abrazos y hasta algunas lágrimas.
“Fue terrible –contó César Ham, diputado y candidato de izquierda para noviembre, que viene en el grupo-, no sólo por lo complicado del camino, sino también por el seguimiento del Ejército, éramos un grupo grande, algunos se lesionaron y no hemos comido en todo el día, pero estamos contentos porque aquí nos están recibiendo compatriotas nicaragüenses. Quiero decirte que no venimos aquí huyendo, no venimos aquí exiliados, venimos a seguir organizándonos porque la lucha continúa. Vale la pena cualquier calambre, cualquier sacrificio, cualquier dolor, siete horas de caminata, porque aquí se juega el futuro no sólo de Honduras sino el de nuestro pueblo y el de toda América Latina”.

Artículo por Mariano Saravia


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<< La sentencia de que “la lucha política se librará cada vez más en el campo mediático” quedó de manifiesto en el proceso golpista hondureño, que nunca se hubiera conocido en el mundo entero sin la tarea de Telesur. De hecho, fue el único medio televisivo por el cual el mundo pudo enterarse de lo que estaba pasando en el país de Morazán. Si uno hacía zapping entre Telesur y CNN, se veían dos realidades y escenarios totalmente distintos. Ni hablar de los medios hondureños, que en los momentos cruciales pasaban dibujos animados. Igual que los venezolanos en el golpe mediático de 2002.

Y lo más importante es que de esos escenarios tan distintos, depende en gran parte el destino de nuestra América. América latina, Indoamérica, o como se le quiera llamar, es la única región del mundo en la que se está discutiendo verdaderamente política e ideología, donde hay en discusión distintos proyectos de nación. No hay otro lugar en el mundo, por mucho que se busque, en el cual estén desplegadas al viento las velas de la revolución, con todos sus matices, con todas sus contradicciones. >>


www.marianosaravia.com.ar

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Arte de la semana...(Quino)

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