martes, 22 de abril de 2008
Sucesos en el Colectivo.
Abro los ojos. Los cierro. Pienso y concreto la idea: si no me levanto, me duermo; eso no está bien. Abro los ojos. Con fuerza me incorporo.
Cómo pesan los párpados, de qué manera cruel cala el frío en el cuerpo. Las manos, dos cubos de hielo. El cerebro hierve. Ese desequilibrio de temperaturas me marea y piso pasos borrachos hacia el baño.
Ojos desorbitados. El espejo se burla. El agua caliente tarda mucho en salir y me pongo nervioso viendo cómo desperdicio el recurso al esperarla llegar. No resisto la obsesión y mojo la punta de los dedos con el líquido frío. Llevo gotas a los párpados y después más arriba.
Media hora dice que pasó el reloj. El de mi pulso recién cuenta cinco minutos.
Salgo a la madrugada que no amanece todavía.
Una parada de colectivos sembrada de colillas de cigarrillos aplastadas. Juego pateando algunas mientras espero. La gente está callada. Deben sentir lo que yo.
El colectivo llega más vacío que de costumbre. El chofer me mira subir, por primera vez, Mira. No acierto lo que le pasa. Me siento en algún lugar.
Todos observan el piso o la oscuridad a través de las ventanillas sucias y empañadas. No ven nada. Es decir, eso creo.
El que está sentado en el asiento de adelante pega un saltito sobre sí. Le dice al del lado que si le puede recordar qué fecha es. Y el otro piensa, porque estaba medio dormido antes de que lo sorprendiera el desconocido compañero de viaje. Y pega un saltito también.
- Ehh... 2 de abril.
Claro, es feriado.
Ninguno de los dos admite error, simplemente después de un gracias y un de nada tímidos se levantan con discreción para salir del bus.
Todos oímos. Todos nos sorprendemos y, más tarde o más temprano, pegamos el saltito afamado.
El chofer mira por el espejo.
Cada uno de los pasajeros desciende con la cabeza a medio agachar. Ni se les ocurre mencionar el gigante episodio cometido por sus cerebros. Jamás. ¡Qué vergüenza!
Los más afortunados llegarán a sus casas y encontrarán a todos dormidos. Y sin hacer ruido fingirán no haberse levantado de la cama.
Nota: Todos los feriados- a excepción de los últimos de cada año- ocurren estos tipos de sucesos en los colectivos.
De toda la ensalada:
Ensayos medio locos
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Arte de la semana...(Quino)

12 comentarios:
La verdad que me encanta las cosas que escribis. Sucesos reales escritos de tal forma que parecen una poesía de algun escritor famoso. SEGUÍ ASÍ!
Saludos.
Wow, hace cuaanto no me subo a un colectivo, me muevo siempre a pie.
Ahh, me duele la panza, me puse re furiosa hoy y ahora todo repercute en mi cuerpo
shit
Cosas de feriados! comparándo un poco de lo que escribiste...a quién no le ha pasado despertar apurado, vestirse, desayunar a la gran carrera y todo para qué si es feriado!!!!
Un beso =)
che me puedo reir si te pasó eso... sos muy colgada, =P
está genial el relato, te va llevando hasta el momento que te das cuenta y se te escapa una sonrisa...
contame si te pasó.. me dejaste con la intriga ahora.
sabe que lo que dijo su amigo es muy cierto
usted tiene ese don de escribir algo cotidiano y convertirlo
en algo sorprendente
todos los días me gusta mas lo que hace
un abrazo
Una compañera tiene una mama farmaceutica q labura en un sanatorio y una drogueria le regalo una "frutera" con "frutas" que son antiestress, me dijo q tiene naranjas, uvas, manzanas y peras...creo
y dice que me va a regalar una
le pedi la manzanita, me dijo que era la mas adorable de todas.
cada vez que entro acá me quedo con ganas de leer más y más y más...
ayyy, jajaja me hiciste acordar!!! re que ella se olvido de traermela y yo de pedirsela XD
jajaja
jaja, que buen relato...
escribis muy lindo, me gusta mucho
una vez me paso de subirme a un colectivo un sabado a la mañana para ir al colegio..que tonta!
muy buena tu historia
excelente como siempre
carme
Es mi primera visita al Blog. Me cautivó tu forma de narrar este suceso cotidiano. Las bondades de estos relatos es que derivan en una multiplicidad de interpretaciones. Me hizo deambular por el olvido,percatarme de la memoria y desnudarme en el oprobio. Todo esto, sumado a la carencia de continuidad histórica: Malvinas...
Seguiré comentando....
Diego
a mi me ha pasado de levantarme una hora antes y darme cuenta recien cuando subo al colectivo y veo otro chofer y personas que no viajan nunca conmigo. entonces no me queda otra que hacer tiempo en una plaza o en un bar.
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